martes, 19 de abril de 2016

Regalos del cielo


Nunca hay que saciarse de los regalos del cielo, sin límitaciones que pueda poner una falsa modestia o humildad. Porque entonces puede pasar como en este cuento...

Las influencias y las vibraciones luminosas del mundo invisible aprecian a los que siempre tienen hambre y sed. Es un modo de hablar. Como si las margaritas de la foto de la srta. Ira (gracias) dijeran a la Fuerza de la Primavera "oh, no, ya tengo bastante, con dos o tres pétalos me basta" :s
Sólo los golosos son aceptados arriba, o bienaventurados los hambrientos. 
Por lo tanto, podéis pedir cuánto queráis y recibir lo que queráis. Pedid y recibid el amor, la sabiduría, la paz, la belleza…
Este es el cuento búlgaro que mencioné atrás:
Un día, un viajero llegó a un pueblo donde se puso a buscar una posada. Alguien le dijo que justamente había un posadero muy amable que alimentaba gratuitamente a todos los extranjeros que estaban de paso, pero lo que era un poco raro es que, tras haberles dado de comer, los golpeaba. "No importa" respondió el viajero, "acepto". Como estaba hambriento y no tenía prisa por recibir los golpes, comió todo lo que le fue servido; y a medida que iba comiendo, veía a su anfitrión cada vez más feliz. Cuando llegó el momento en que no podía tragar nada más, no se levantó, pero miró al posadero como si esperara todavía algo más.
 "Y bien, ¿qué es lo que esperas ahora? – Ser golpeado."
 Sin embargo, el hostelero se puso a reír y dijo: "En absoluto, si yo golpeo a la gente es porque ignoro el motivo por el que dejan tan rápidamente de comer: de esta forma me privan del placer de saborear la alegría de dar. Tú has comido bien." 
Así pues, he aquí una advertencia para todos aquellos que se sacian rápidamente de los regalos del Cielo: recibirán algunos golpes...



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